martes, 9 de marzo de 2010

La proyección de unos esquemas sobre otros cubre de prestigio al término “cambio”. López Quintás.

Al pensar en cambio se nos viene a la mente palabras como progreso, mejora, libertad y por su oposición a estancamiento y retroceso; pero realmente no nos damos cuenta, porque no reflexionamos, que un cambio puede implicar nada más una variación, no necesariamente tiene que ser nuevo, ni va a causar una mejora.

Hay un hecho que contribuyó todavía más a exaltar el concepto de cambio y acentuar su peligrosidad para la vida creativa.Y es la interpretación del cambio como una ley natural universal, me refiero a la convicción creciente de que la naturaleza no es estática sino dinámica.

Si se consideran realidades (ciudades, el hombre, etc) cambiantes y se mira el conjunto de la realidad con los ojos entornados, es fácil llegar a pensar que el cambio es una ley natural universal de la que ningún ser queda eximido.Si la realidad cambia y nuestra conducta sólo es realista cuando se ajusta a esa alteración constante, hemos de liberarnos de cuanto signifique permanencia en el mismo estado, ya que tal permanecer es visto como un bloqueo de nuestro dinamismo natural.

Por otra parte, el manipulador no habla de la inteligencia del hombre ni se dirige a su libertad: deja que el lenguaje actúe de forma solapada sobre sus centros de decisión. Así vemos que cuanto implica algún tipo de cambio suele resultar automáticamente atractivo a la gente. Esto tiene consecuencias temibles para la sociedad porque lleva a los poderosos sin escrúpulos a cultivar los ardides estratégicos y descuidar el estudio fiel de la realidad y los problemas sociales.

Yvonne Levy

1ero D

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